CURIOSIDADES PORTEÑAS

DE LOS BOLETINES MUNICIPALES

Algunas de estas curiosidades han sido publicadas en diversás ediciones de HISTORIAS DE LA CIUDAD - Una revista de Buenos Aires, publicación dedicada al pasado porteño.

BUENOS AIRES ¿UNA ISLA?

Corría el año 1924, cuando el concejal Remigio Iriondo presentó un proyecto de ordenanza que apareció en el Boletín Municipal del 25 de agosto de ese año, cuyas características resultan sumamente interesantes porque, de haberse hecho realidad, la ciudad de Buenos Aires tendría un amplio sector convertido en isla.

La propuesta autorizaba al Departamento Ejecutivo a efectuar la canalización del arroyo Maldonado desde su desembocadura en el Río de la Plata hasta el límite del Municipio, y la construcción de un canal que partiendo del arroyo Maldonado a la altura de Vélez Sársfield (el barrio), llegase a los Nuevos Mataderos, y de éstos hasta el Puente Alsina, para empalmar con el Riachuelo.

El proyecto dividía la obra en cuatro secciones:

  • desde la desembocadura en el Río de la Plata hasta Vélez Sarsfield
  • desde Vélez Sarsfield hasta la Avenida Circunvalación (actual General Paz)
  • desde Vélez Sarsfield hasta los Nuevos Mataderos (los actuales, de Liniers)
  • desde los Nuevos Mataderos hasta el Puente Alsina

Los canales estarían destinados al transporte en general y al desagüe de toda la cuenca del arroyo Maldonado, “y de las zonas cuyos desagües naturales a juicio del D.E. convergen hacia estos canales”, prohibiendo la recepción de aguas servidas, materias fecales y cualquier otro residuo que altere las condiciones higiénicas de las aguas.

Todo el trayecto debería ser navegable, con por lo menos dos metros de profundidad y con una zona ribereña por expropiar mediante Ley del Congreso de la Nación de por lo menos 35 metros de extensión, aparte del espacio necesario para dos calles laterales de diez metros de ancho cada una en toda la extensión de los canales, debiendo el constructor hacer plantaciones de los árboles necesarios, que les serán suministrados por la Dirección de Paseos, “y a cuya conservación atenderán por su exclusiva cuenta por el término que dure la concesión”.

El proyecto contemplaba además las medidas que en materia de presentación de planos, cobro de los cánones, estado de conservación, etc. hacen a la seguridad de la Municipalidad, y la concesión sería otorgada una vez adquiridos al gobierno nacional – para la Municipalidad -, “los permisos correspondientes en mérito a la jurisdicción que tiene sobre canales navegables”, pudiendo ésta utilizar libre de derechos el canal y diques, para el transporte y depósito de mercaderías destinadas a sus diferentes organismos.

¿Qué nos pasaría hoy, con la ciudad rodeada -además del Riachuelo- por este canal? ¿Qué nos pasaría cuando cayeran lluvias como las de estos tiempos? En fin, mejor no pensar...

¡CIUDADO CON LAS VENÉREAS!

Preocupacion sanitaria. Un decreto municipal de septiembre de 1932, determinó que “... en los dormitorios de los prostíbulos deberá disponerse a la vista del público preservativos, para que puedan ser utilizados por quienes lo deseen”. También un recipiente contendrá “... una solución de permanganato de potasio al 0.25 por mil, destinada a impedir la propagación de la gonorrea, como así mismo de pomada Metchicoff, que está compuesta de 33 gramos de calomel y cantidad suficiente de vehículo grasoso, para completar los 100 gramos, destinada a evitar el contagio de la sífilis”. Esta norma, que lleva la firma del intendente Rómulo Naón, conserva su vigencia preventiva más de setenta años después, aunque desde el punto de vista científico, sin duda mucho se haya avanzado desde esa época. Superadas solo en apariencia, las enfermedades venéreas, -compañeras de la miseria y la promiscuidad-, continúan flagelando a nuestros contemporáneos, con el agregado finisecular del SIDA, que espera aún un remedio definitivo.

Mientras tanto, el uso del preservativo ¡continúa siendo la prevención más eficaz!

DE CENSURAS Y MORALIDAD (I)

El 15 de octubre de 1929, el área de control de espectáculos públicos, en su Orden del Día Nº 100, determinó el “se puede” o “no se puede” de dos “Revistas”, género por demás popular en esos años, en los que se combinaban la música, las luces y los comentarios políticos del momento, y en los que se lucían brillantes actores y actrices argentinos de la época, junto a figuras de nivel internacional como Josephine Baker o Maurice Chevallier, por nombrar a dos de los más conocidos. Justamente de la primera de ellos trata el punto II del Orden del Día en cuestión. Allí nos enteramos que la empresa del Teatro Florida solicita la aprobación de la revista titulada “La Venus de Ébano”, ante lo cual el inspector concurrente (obviamos el nombre por razones de recato), al ver algunos fragmentos, se escandaliza: “Surgiendo del texto de las escenas acompañadas una evidente concepción pornográfica e indecorosa ..., y considerándolas por lo tanto contrarias a la moral, se resuelve: Hacer saber al empresario del Teatro Florida la prohibición absoluta de ser representadas”. Luego, el dictamen de la “Comisión Calificadora de Espectáculos Inmorales” en sus considerandos la estigmatiza como una “... manifestación teatral inadecuada, por inmoral, para ofrecerla como espectáculo público”, prohibiéndo a posteriori su representación.

LAS MOSCAS DEL CEMENTERIO

El 18 de marzo de 1925, los concejales Faggioli, Gandulfo y Sanguinetti estaban muy preocupados por la “destrucción de las moscas en el crematorio del Cementerio del Oeste”, ya que allí se incineraban todos los cadáveres del Hospital Francisco Javier Muñiz, de cuyos ataúdes al destaparse salían “los insectos alados, sus huevos y larvas ... desde luego infectadas”, constituyendo “una forma natural de llevar el mortífero bacilo (se refieren a la tuberculosis) a todas las casas de la vecindad”, peligro que subsistiría aún si el ataúd no “fuera descubierto antes de ser introducido al horno ... por cuanto las moscas, al través de los intersticios, “ávidas de alimentación cadavérica”, logran saciarse, según se ha observado”.

UN ESTILO ARGENTINO: LOS RUIDOS Y LAS BOCINAS

Como toda urbe en crecimiento, donde el auge del transporte automotor iba cambiando el ruido habitual de las vías de circulación, Buenos Aires se fue tornando “escandalosa”.

Esto dio motivo para que los ediles Rotta, Ray y Arias presentaran un proyecto en 1925, indicando que “todo vehículo que circule dentro del Municipio de la Ciudad con excepción del tranvía, deberá estar provisto de una bocina de sonido grave y de un solo tono quedando prohibido el uso de sirenas, clacksons y en general todo aparato mecánico o eléctrico que produzca sonido agudo múltiple o prolongado”, quedando prohibida la circulación de vehículos “...a tracción mecánica que no estén provistos de silenciador de escape”, así como dispositivos para limitar los “...ruidos y exhalaciones del motor”. Preocupaba a los legisladores que, en Buenos Aires “el ruido, el amor al estrépito ha llegado a ser un culto, en que las cornetas y claksons de los automóviles, los toques de clarines y tambores (?) y el disparo de bombas de estruendo por el más mínimo motivo, los silbatos de las sirenas, los “escapes libres”, el bullicioso rodar de las llantas de hierro sobre el pavimento, los pesados ómnibus y camiones que suplen sus neumáticos con “cautchouc” o gomas macizas, no son sino expresiones comunes de una idiosincracia bullanguera ... Los chauffeurs creen que cuanto más desagradable sea el ruido que produzcan con su escape libre o sus cornetas, más derecho tienen a andar ligero y estamos llegando por rápida progresión a límites insufribles.”

El ruido seguía preocupando diez años después, pues el intendente Mariano de Vedia y Mitre, en 1935, aconsejado por los técnicos de la Banda Municipal, aprobó varios modelos de bocina para automotores, de las marcas Delco-Remy, Luca y Klaxet, pues “...la nota más aguda que las mismas emiten no es superior al Mi natural correspondiente a la primera línea del pentagrama en clave de sol”.

¡Si los autores de este proyecto y de tantos otros similares volvieran al Buenos Aires actual ... !

EL DEMONIO DEL DIVORCIO

El 12 de abril de 1942, “por razones de orden público vinculadas a la defensa de la institución de la familia”, se ordena el retiro de los anuncios de 0,15 por 0,30 centímetros que se encontraron en los subtes de la línea “A”, que decían :

“Por fin libre – Oficina mexicana de divorcios y mandatos – divorcios y nuevo casamiento – economía – facilidades de pago – sin intermediarios – filial Buenos Aires – Estudios Dalton – Lavalle Nº 1362, 4to. piso UT 37-5122 – Servicio Especial – Consultas Gratis”

PROPAGANDAS EN EL TRANSPORTE PÚBLICO

El 3 de noviembre de 1936 se autoriza la colocación, en el ómnibus 174 de la línea Nº 50, de un aparato denominado “fotoliptófono”, que el Sr. Emilio Boullosa, propietario de la Empresa de Publicidad “Satélite” promueve para propalar frases de publicidad oral, cediendo con “... carácter exclusivo a la Municipalidad de Buenos Aires, cuatro de las doce frases que contiene la página sonora de cada aparato”, frases que se emitirían cada dos minutos y cuya duración no podría ser mayor de doce segundos, sin trascender fuera de los coches. Con las variantes de la época, algo similar a la publicidad visual electrónica que hoy se ofrece en algunas líneas de colectivos.

SOBRE SALUD PÚBLICA Y ALIMENTACIÓN

La preocupación por la salud pública se refleja en un proyecto de Ordenanza del año 1925, debido a los ediles Américo Ghioldi, Angel Gimenez, Antonio Casacuberta y Miguel Briuolo, que proponen la modificación de un artículo del Digesto Municipal, prohibiendo la fijación y distribución de avisos que contengan alusiones a sentimientos nacionales, políticos o religiosos, que anuncien las bondades de las bebidas alcohólicas, los que ofrezcan “curaciones rápidas o infalibles”, los que anuncien la bondad y propiedades curativas de “determinados específicos, drogas o yerbas curativas” y los que se encuentren comprendidos dentro de las normativas referidas al ejercicio ilegal de la medicina y los de adivinación, en tanto los fundamentos del proyecto nos retrotraen a una época y a consideraciones que nos dan clara idea del tiempo transcurrido.

Se habla, por ejemplo, que “...nuestra legislación no nos permite llegar a la situación de los Estados Unidos con su admirable y providencial (¡) prohibicionismo, quedando limitados los concejales a intentar prohibir los avisos que presentan...un león ofreciendo la salud si se toma determinado brevaje” (sic), en clara alusión al por entonces popular FerroQuina Bisleri, los “...licores destilados, algunos de ellos con nombres de Oxígeno o gotas de oro ..., y como sangrienta burla, figuras religiosas, que muchos han de creer caricaturas, cuando son en realidad reclame de venenos fabricados por los frailes cartujos, benedictinos u otros, con los bien conocidos productos del Padre Kermann, el Benedictine, el Chartreuse, que llevan como marca de fábrica y prueba de la legitimidad la firma del prior del convento y como sello blasfemo el símbolo de la Cruz.”

En lo referido al curanderismo, los autores del proyecto recuerdan a variedad de ellos, “... desde los piroterapas, de los hidrópatas, los naturalistas o los que desde los templos curan con amuletos o como en el caso del queso del padre Juan del convento de los Capuchinos de Nueva Pompeya”.

Evidente resulta la preocupación de estos ediles por la honradez profesional de quienes tenían a su cargo la salud de los porteños, sujetos a un bombardeo de charlatanería que aún hoy sigue cayendo sobre nosotros, con nuevos métodos pero con similares resultados para quien se confía en ellos, aunque la retórica de los autores nos resulte poco creíble a principios del siglo XXI...

UNA ESPERA DE SETENTA Y SEIS AÑOS (POR LO MENOS)

“Toda vez que el estado actual de las finanzas de la Comuna no admite la posibilidad de afrontar en un plazo más o menos cercano un gasto de la magnitud como la que significaría el ENSANCHE DE LA CALLE JUAN BAUTISTA ALBERDI, DESDE CARABOBO A SAN PEDRITO, resérvense las presentes actuaciones en el Departamento de Obras Públicas hasta mejor oportunidad.” (1)

EL PABELLÓN ARGENTINO

Una noticia del diario “Clarín” del martes 12 de mayo de 1998, nos descubre que un fragmento del Pabellón Argentino que se construyera para la Exposición Universal de París del año 1889, apareció en el barrio de Mataderos, en la calle Andalgalá Nº 1475.

Fácil es comprender el valor que para nuestra ciudad de Buenos Aires sería tener ubicado en algún predio un edificio de esta naturaleza, contemporáneo de la Torre Eiffel, y con sus mismas características constructivas.

Sin embargo, esos despojos no aparecieron allí por milagro, sino por la desidia de las autoridades. En el Boletín Municipal del día 4 de marzo de 1933, encontramos una orden del Intendente Mariano de Vedia y Mitre (2) en la que dispone que :

“Habiendo vencido el plazo de 60 días acordado a la Dirección Nacional de Bellas Artes, para que proceda al retiro del Pabellón Argentino, sin que se haya hecho efectiva dicha disposición, autorízase al Departamento de Obras Públicas para que por administración, proceda a la demolición de dicho Pabellón. A sus efectos, pase a las mencionadas reparticiones las que depositarán los materiales provenientes de aquéllas, en la manzana comprendida entre las calles Entre Ríos, Pozos, Constitución y Pavón.”

PROPAGANDAS PROLIJAS

En octubre de 1932, el intendente municipal Rómulo S. Naón (3) somete al Concejo Deliberante un proyecto para ampliar de 364 a 3.000 las pantallas anunciadoras en la vía pública, ya que la cantidad resultaba reducida para satisfacer la necesidad de los anunciantes, “El interés existente por las pantallas anunciadoras en la vía pública ha sido en todas las épocas muy grande y sostenido como lo comprueba la cantidad de solicitudes de concesión que se han presentado a ese Honorable Cuerpo y a este Departamento Ejecutivo”.

Se agregaba a ello la necesidad de crear “una nueva fuente de recursos que permita la atención de los innumerables servicios a prestar por la Comuna sin recargar las contribuciones existentes o crear otras nuevas”, como motivo que induce a esta propuesta.

El auge de la propaganda callejera iba “in crescendo”, y ya no se detendría más, hasta llegar a la ciudad actual, muestrario de las más diversas expresiones de la publicidad de cualquier tipo de productos, y con limitaciones por demás, tomadas como flexibles por muchos inadaptados que la han transformado en muchos barrios en un “collage” de mal gusto y hasta de peligro, en determinadas avenidas.

NOTAS

1 - Boletín Municipal del 6 de octubre de 1931. 2- Intendente Municipal de Buenos Aires entre el 19-11-1932 y el 19-2-1938. 3- Intendente Municipal de Buenos Aires entre el 20-2-1932 y el 19-11-1932.

UN RECUERDO PARA EL PERIÓDICO "EL PROGRESO DE FLORES"

Estas noticias se extrajeron de dos ejemplares que se conserva en el Archivo del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires y corresponden al Nº 14, del 20 de Julio de 1873. Aunque más que centenarias, las noticias siguen teniendo actualidad en nuestra Buenos Aires. Se trascriben conservando la grafía original.

CONSTRUCCIÓN DE MADERAS

La ordenanza sobre edificación prohibe hacer cuartos de tabla en la línea de las vías públicas; y entretanto en el "Bajo de Palacios" se ha construido una casilla para establecer un cuarto de carne; y no hay empleados que denuncien este hecho.

MÁS CALLES AL TRÁNSITO

El vecino D. Vicente C. Silveyra ha empezado a alambrar las manzanas que tiene dentro del radio del Pueblo. Con esto gana mucho Flores. Falta solo, para que la parte Sud esté completamente de acuerdo al plano de 1832, que la calle de Circunvalación al Sudeste del pueblo esté expedita y en su ancho de 30 varas hasta encontrar la de Rivadavia. No sucede así en la parte Norte, pues aquí están las propiedades de Terrero, Basualdo, Dorrego, Hernández, Estrada, Ramos y otros vecinos pudientes, que nada harían en permitir la apertura de las calles pues tarde o temprano, tienen que fraccionar sus respectivos “condados”.

Esta, corresponde al Nº 15, del día 27 de junio de 1873.

TRANWAY

El tranway del Sr. Billinghürst está sin duda maldecido, pues de los setenta o setenta y cinco viajes que hacen al día, descarrilan “ochenta”.

DEL DIARIO "LA REPÚBLICA"

Esta noticia la encontré en un fragmento de página escondido vaya a saber porqué en un viejo libro. Corresponde al ejemplar del diario "La República" del 1º de septiembre de 1872, año VI, Nº 1664. Sin comentarios...

LECHE DE TORO

"La Revista Médica" de Santiago de Chile publica la siguiente noticia:

UN TORO QUE DA LECHE

"Don Felipe Huidobro, que vive en la subdelegación de Chimbarongo tiene un toro de unos 8 años de edad, al cual le bajó, cuando tuvo tres años, leche en la ubre, y que desde esta época se ordeña como una vaca, dando sin embargo, solo una pequeña cantidad de leche. Los Sres. don Alberto y don Ismael Valdés Vergara, a quienes debo esta noticia me trajeron también una muestra de esta leche. El hecho de un individuo del sexo masculino que da leche es siempre muy curioso, pero se observa de vez en cuando. El rey de Prusia ha recibido en tiempo que el autor estudiaba todavía en Berlín, un chibato de regalo que daba tanta leche como una cabra, y los anales de la medicina han consignado varios casos en que aún hombres han tendio leche y podido dar de mamar a sus hijos. Dr. R.A. PHILIPPI.-"

DE LA REVISTA "P.B.T."

Valija Postal

La sección denominada “Valija Postal”, -que se publicaba en la contratapa interior de este conocido semanario-, se dedicaba a responder a los lectores que enviaban poesías o cualquier tipo de escritos, esperando su publicación en el mismo, que tenía enorme circulación –para la época- en todos los rincones de la República Argentina. No sabemos cuántos suicidios habrá producido el redactor de estas respuestas, de las que reproducimos sólo algunas, extraídas de ejemplares de los meses de septiembre y octubre de 1905.

• A “Violeta”, de Buenos Aires: “Cual la flor de tu nombre que se oculta/ a miradas curiosas entre el pasto,/ mi mano así tus décimas sepulta/ en el lóbrego fondo del canasto”.

• A “Eugenio”, de Buenos Aires: “Si tal cariño sientes por las musas,/ ¿por qué abusas, Eugenio, por qué abusas?”

• A “T.D.”, de Buenos Aires: “Mereces un palo”.

• A “Un Principiante”: “Muy malo”

• A “R.C.”: “Mucho peor”

• A “Napoleón IV”, de Buenos Aires: “Tres tentativas, y ni una buena;/ ¡Sea el canasto tu Santa Elena!”

• A “S.G.”, de Buenos Aires: “Ni los diecisiete años que usted dice tener, ni el estar preso en la penitenciaría son excusa para que escriba usted versos malos, ni motivo para que yo los publique”.

• A “Paquito”, de Buenos Aires: “¡Ay, Paquito, Paquito, Paquito,/ vale poco, poquito, poquito!”

• A “Fetiche”, de Buenos Aires: “Larga, flojota, pesada,/ premiosa, sentimental,/ sin interés y... total,/ que no sirve para nada”

• A “J.A.”, de Buenos Aires: “Revela perseverancia,/ pero no tiene, en conciencia,/ ni la menor trascendencia,/ ni la menor importancia”.

• A “Guitarrero”, de Chivilcoy: “Leí ayer tu poesía,/ ¡oh, vate de Chivilcoy!/ Y ha pasado todo un día/ y aquí me tienes, que estoy/ bostezando todavía”.

• A “M.D.”, de Buenos Aires: “¿Conque eso es modernismo? No lo creo, / ¿a qué se llama entonces macaneo?”

• A “Flor de Lis”, de Rosario: “No tiene miga, y no teniendo miga,/ ¿qué quiere usted, amiga, que le diga?”

• A “M. de R.”, de Buenos Aires: “Pone usted pasión con ce/ y con ese corazón,/ lo cual es, ya usted lo ve,/ una extralimitación”.

• A “Jovita”, de Córdoba: “Usted también, alma mía,/ se ha equivocado esta vez;/ eso es más que candidez.../ ¡eso es pura tontería!”

• A “B.B.”, de San Marcelo: “Tengo el cuento olvidado/ de puro viejo./ No plagie de ese modo,/ se lo aconsejo.”

• A “D.S.R.”, de Buenos Aires: “De la seis décimas, suprima usted la primera y la quinta. Hecho esto, repita usted la operación con la tercera y la sexta y aún con la cuarta. Luego borre la segunda y... firme lo que quede. Después, yo me las compondré para darle cabida.”

• A “R.E.F.”, de Buenos Aires: “Dices bien, son muy malas las mujeres,/ ésta por falsa, la otra por coqueta:/ pero como poeta.../ ¿sabes acaso tú, cuán malo eres?”

• A “Conrado”, de Buenos Aires: “Y fiel a su deber, si lee por caso/ estos versos de amor, que arden por ella,/ ¿quién es esa mujer? Dirá al acaso”

Y contesta P.B.T.:

“El acaso, buen señor,/ podrá decir eso, sí,/ pero ¡ay! El canasto ¡horror!/ Dirá: esos versos de amor,/ Dejad que vengan a mí.”

• A “Cacique”, de General Acha: “Y lo de usted tampoco lo publico por hallarnos en estado de sitio. La verdad, es que si no lo estuviéramos, tampoco lo publicaría”.

• A “C.F.”, de Buenos Aires: “Aparte que el interés/ que despierta es muy mediano,/ esa Petición de mano,/ parece hecha con los pies”.

• A “D.R.F.”, de Buenos Aires: “No tengo inconveniente en perdonarle, ya que usted así me lo pide; pero quien sopecho que no le perdonará es la gramática, a quien ataca usted con verdadero ensañamiento”.

• A “A.O.C.”, de Buenos Aires: “Como el tiempo no malgasto/ porque es un hábito feo,/ en la precisión me veo/ de echar lo suyo al canasto, al primer renglón que leo”.

• A “D.A.C.”, de Montevideo: “Puesto a versificar un changador,/ haríalo muchísimo mejor”.

• A “D. Tello”, de Buenos Aires: “Lo de usted, es el más elemental sentido común quien me veda publicarlo.”

• A “El Ñato”, de Montevideo: “¿En dónde demonios meto/ tu malhadado soneto/ y tus décimas, oh, Ñato?/ Lo digo porque hace rato/ tengo el canasto repleto”.

por Luis O. Cortese